La República Dominicana celebra el 13 de enero de cada año el Día Nacional de la Alfabetización, el cual quedó instituido mediante el Decreto 8004 del 30 de agosto de 1962 en conmemoración del natalicio del historiador José Gabriel García, prócer, educador y político dominicano, quien publicó en 1894 el primer libro destinado a la alfabetización en el país, titulado El lector dominicano.
Durante la segunda mitad del siglo XX e inicios del siglo XXI, en la República Dominicana se han implementado planes y programas educativos, formales y no formales, de alfabetización de personas jóvenes y adultas. Estos han perseguido reducir la brecha de jóvenes de 15 años y más y adultos en condición de analfabetismo.
En el año 2017, conforme a datos oficiales de la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR), la tasa de analfabetismo en la población joven y adulta en el país se estimó en 6.8 %, una reducción progresiva y significativa si se toman como base las estadísticas censales de 1981 (26.9 %), 1993 (19.3 %), 2002 (13 %) y 2010 (12.8 %).
Sin embargo, al analizar la situación del analfabetismo en la población migrante que reside en la República Dominicana, según datos de la Encuesta Nacional de Inmigrantes (ENI), en el año 2017 se observa una elevada disparidad entre la tasa de analfabetismo de la población extranjera de 15 años y más nacida en Haití, la población extranjera nacida en otros países y el total de la población nacional. Mientras la población extranjera originaria de Haití presenta una tasa de analfabetismo de 26.9 %, en la población extranjera originaria de otros países esta variable se estimó en 0.3 % y en el conjunto nacional en 6.8 % (ENI-2017).
Otro dato importante que resalta la ENI-2017 es que el 38.9 % de la población nacida en Haití conoce poco o no conoce el idioma español.
El proceso de enseñanza aprendizaje para una persona joven o adulta es reconocido por diversos expertos como complejo, aún más si se trata de personas que tienen un idioma materno distinto al que se utiliza en la política educativa. En estos casos, algunos autores resaltan que las personas con poca o ninguna escolarización pueden tardar hasta ocho veces más tiempo en alcanzar un nivel básico de lectoescritura en un segundo idioma (UNESCO, 2019).
Vista esta realidad, y dada la importancia que reviste para los Estados garantizar el acceso a la alfabetización como derecho humano fundamental y en cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, específicamente en relación con la meta 4.6 que procura “asegurar que todos los jóvenes y una proporción considerable de los adultos, tanto hombres como mujeres, estén alfabetizados y tengan nociones elementales de aritmética”, resulta necesario repensar las estrategias que han sido implementadas hasta ahora y reenfocarlas hacia un modelo que facilite el acceso al servicio de alfabetización a personas inmigrantes.
Por Angeline Molina Rodríguez
Analista Departamento de Investigación y Estudios Migratorios