Reflexiones en torno torno al Día Internacional de la Mujer*

19 marzo, 2018

La llegada del Día Internacional de la Mujer siempre me trae la necesidad de reflexionar sobre el tema de la equidad de género.

Cada 8 de Marzo, los discursos enaltecedores de la labor de la mujer, y los diplomas, reconocimientos y medallas lucen más y más repetitivos, y sin contenidos que demuestren los compromisos reales asumidos por los Estados en el concierto internacional.

Mientras que algunas personas consideran que el Día Internacional de la Mujer es una oportunidad para enviar felicitaciones, otras aprovechan para hacer un buen negocio publicitando sus ofertas comerciales; y, en otros casos, usualmente el de las instituciones gubernamentales y empresas, es suficiente con pagar un espacio en una página de un periódico de circulación nacional y redactar un discurso de loor a las virtudes de la mujer. Sin embargo, para otros –entre los que me incluyo– es una oportunidad para revisar los avances logrados en nuestra sociedad, luego de los compromisos asumidos por el país a nivel internacional y, al mismo tiempo, pasar revista a lo que nos falta para lograr de manera completa la equidad de género.

Los compromisos asumidos por los Estados, desde un extremo a otro del planeta, instan a multiplicar la participación de la mujer y su liderazgo para obtener seguridad y estabilidad en las regiones en conflicto; y, de igual modo, erradicar la violencia contra la mujer y los feminicidios, que tantas muertes y traumas familiares han traído, incluyendo a niños y niñas dejados en orfandad.

También la dimensión de asegurar la equidad de género implica eliminar las barreras que obstaculizan en las áreas del  empleo, la educación y  la salud los derechos sexuales y reproductivos, y el acceso a la justicia y a la participación política y de toma de decisiones en igualdad y proporcionalidad.

Derribar los roles y los estereotipos a los que estamos acostumbrados es, ciertamente, una labor inmensa que implica una acción constante.  Pero bien vale la pena, si más temprano que tarde conseguimos cerrar la brecha o distancias de género en nuestra sociedad.

De qué nos sirven los diplomas, condecoraciones y medallas cada Día Internacional de la Mujer si al final estos reconocimientos quedarán como un bonito recuerdo colgado en la pared, o guardado en una gaveta del hogar para circunstancial deleite nuestro y de nuestros familiares. Nos sirve saber, en cambio, que hemos contribuido en el marco de nuestro accionar político a edificar una sociedad que respeta sus leyes, plena de valores, de principios, de hombres y mujeres que van de la mano en la toma de decisiones que importan a su comunidad, y que se respetan mutuamente.

Resulta imposible aceptar que de milenio en milenio y de agendas en agendas se posponga en todo el mundo este examen del derecho de la mujer a la igualdad. No dejemos esta responsabilidad únicamente a las futuras generaciones, porque esa es nuestra tarea.

*Extracto de artículos publicados por la Dra. Florinda Rojas en su blog, en diferentes años, con motivo del Día Internacional de la Mujer.

Por Florinda Rojas

Directora ejecutiva

Instituto Nacional de Migración de la República Dominicana