El desplazamiento humano ha sido un pilar fundamental en el desarrollo y evolución de nuestra especie, permitiéndonos adaptarnos, explorar y prosperar en una amplia gama de entornos a lo largo de la historia. A pesar de su papel crucial, no fue hasta tiempos recientes que la migración, sobre todo la internacional, comenzó a adquirir una relevancia sin precedentes en las agendas mediáticas y gubernamentales de los distintos países. Esto no ha sucedido debido a la magnitud o el volumen de personas en movimiento, sino más bien por la complejidad de las causas que impulsan el fenómeno y las profundas consecuencias que tiene tanto para las naciones de origen como para los países receptores.
Según datos de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, el número de migrantes internacionales casi se ha duplicado desde 1990 al pasar de 153 millones a 281 millones en 2020 (UNDESA, 2020). Este incremento destaca la aceleración del fenómeno migratorio, especialmente notable desde el año 2010.
Fuente: UNDESA 2020.
Como se puede observar en el gráfico anterior, durante la década de 1990 la tendencia ascendente en el flujo de migrantes internacionales fue constante, aunque moderada. No obstante, al cruzar el umbral del siglo XXI, se percibe una aceleración significativa en el stock de migrantes internacionales, particularmente notoria desde 2010 en adelante. Según las estimaciones de la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, el número de migrantes internacionales creció más rápido que la población mundial.
Las razones detrás de este incremento en la migración son variadas y complejas. Entre los factores más destacados se encuentran los conflictos bélicos, la inestabilidad política, las desigualdades económicas, los desastres naturales y el cambio climático. Por ejemplo, entre 2000 y 2020, el número de personas que cruzaron fronteras internacionales huyendo de conflictos o persecuciones se duplicó y pasó de 17 millones a 34 millones, lo que representa un 16 % del incremento global de migrantes en ese periodo (Organización Internacional para las Migraciones, 2019).
La tecnología también ha jugado un papel crucial. El auge de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha facilitado la conexión entre comunidades dispersas y ha permitido a los migrantes obtener y compartir información sobre rutas de migración y oportunidades en los países de destino.
No obstante, es importante destacar que, aunque el crecimiento absoluto del número de migrantes internacionales es indiscutiblemente notable, se debe conceptualizar dentro del marco de la población mundial total para obtener una perspectiva más matizada. Al considerar la proporción relativa de personas migrantes con respecto al conjunto de la población global, los datos revelan una imagen más moderada. En 2020 los migrantes representaban aproximadamente el 3.6 % de la población mundial, un porcentaje que, aunque en aumento, sigue siendo minoritario. Este dato es un indicador de que la mayoría de la gente (96 %) permanece en su país de origen.
Entonces, la creciente relevancia de las migraciones internacionales para académicos y, más aún, para los responsables de la formulación de políticas gubernamentales, se debe a los significativos efectos que la presencia de migrantes internacionales ejerce en las economías, culturas y estructuras sociales de los países receptores, así como en los países de origen. Los impactos de la migración, tales como las remesas económicas, la transferencia de conocimientos, el intercambio cultural y las alteraciones demográficas, son aspectos críticos que pueden influir profundamente en la sociedad. Estos fenómenos persisten y se manifiestan con importancia, aun cuando el porcentaje de migrantes respecto a la población total sea comparativamente pequeño.
La migración femenina
En cuanto a la distribución por género a nivel mundial, se observa un ligero predominio de hombres sobre mujeres en la migración internacional. En 1990 los hombres representaban el 50.7 % de los migrantes con un aumento a 51.9 % en 2020. Este predominio se debe principalmente a la migración laboral, que históricamente ha sido dominada por hombres debido a las oportunidades en sectores como la construcción, la manufactura y la agricultura (UNDESA, 2020).
A diferencia de las tendencias globales que hemos explorado previamente, al enfocarnos en contextos específicos, observamos que la proporción de mujeres que han decidido migrar varía de una región o de un país a otro y esta variación depende de múltiples factores: las oportunidades de empleo, la disparidad salarial de género y, sobre todo, como plantea Michael Piore en su célebre libro Birds of passage: migrant labor and industrial societies, publicado en 1979, la demanda de mano de obra en sectores específicos puede impulsar o restringir la migración femenina. En contextos donde las industrias requieren trabajadores del cuidado, salud o educación, sectores que a menudo emplean un mayor número de mujeres, la migración femenina puede ser prominente.
Según datos de UNDESA de 1990 a 2020, en el caso particular de la República Dominicana ha predominado la emigración femenina y esta tendencia va en aumento. En 2020 aproximadamente el 59 % del total de emigrantes dominicanos eran mujeres, es decir, República Dominicana sigue un ritmo de migración diferente al resto del mundo, donde el 49 % de los emigrantes son mujeres, y de América Latina y el Caribe. A pesar de seguir una tendencia similar durante el periodo 1990-2020, la emigración femenina en República Dominicana fue en promedio 7 % mayor que el de la región (gráfico 2). Con relación a lo anterior Sørensen (2005) plantea que “[…] la migración femenina está vinculada a empleos en el sector de servicios en Europa y Estados Unidos, incluyendo trabajos domésticos y, en algunos casos, la industria del sexo, a menudo a través de redes de tráfico de mujeres. La experiencia de migración de estas mujeres conlleva frecuentemente a una descualificación, donde sus habilidades profesionales anteriores son subestimadas o no reconocidas”(p. 163).
Fuente: UNDESA 2020.
Las migraciones: una fuerza liberadora
Las migraciones se presentan como una poderosa herramienta de empoderamiento, ya que permiten a las mujeres migrantes no solo manejar sus vidas de manera más efectiva, sino también emanciparse y participar activamente en el mercado laboral. Es fundamental reconocer la importancia de las conexiones y los vínculos que estas mujeres mantienen con sus países de origen. Estos lazos no solo facilitan la integración en nuevos territorios, sino que también juegan un papel crucial en el fortalecimiento de la identidad cultural y el soporte económico de sus familiares en sus lugares de origen. En este sentido, la migración actúa como una “válvula de escape” para los problemas económicos y demográficos de los países de origen.
No obstante, a pesar de los beneficios inmediatos que las conexiones culturales y las contribuciones económicas aportan tanto a las comunidades de origen como a las de destino, es esencial considerar que estos resultados, aunque positivos a corto plazo, pueden ocultar efectos adversos que se manifiestan con mayor claridad a mediano y largo plazo. El investigador Jorge Duany (1993) ofrece una perspectiva crítica al argumentar que la emigración, lejos de ser una solución sostenible, tiende a agravar los desafíos subyacentes que inicialmente busca mitigar. Para los países de origen esto puede traducirse en la pérdida de trabajadores calificados, fenómeno conocido como “fuga de cerebros”, y el aumento de la dependencia económica de las remesas, lo que plantea serios retos para la sostenibilidad económica a largo plazo.
Bibliografía
Sørensen, N. N. (2005). Migración, género y desarrollo: el caso dominicano. En N. Z. García-Falces, La migración: un camino entre el desarrollo y la cohesión social (pp. 163-182). Madrid: Centro de Investigación para la Paz (CIP-FUHEM).
Duany, J. (1993). Más allá de la válvula de escape. Nueva Sociedad, 80-99.
Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2019). Informe sobre las migraciones en el mundo (2020). Ginebra: OIM.
Piore, M. (1979). Birds of passage: migrant labor and industrial societies. New York: Cambridge University Press.
United Nation (10 de mayo de 2024). Population Division. Obtenido de International Migrant Stock: https://www.un.org/development/desa/pd/content/international-migrant-stock
Juan Montero Sánchez
Analista cuantitativo de estudios migratorios