La migración interna es un componente decisivo de los procesos de redistribución estructural de la población y tiene implicaciones para comunidades, hogares y personas. En el caso de las comunidades tiene efectos demográficos, sociales, culturales y económicos. Para los hogares y las personas, la migración, en particular si se enmarca en una estrategia elaborada, es un recurso que permite enfrentar una crisis económica o mejorar la calidad de vida (CEPAL-CELADE, 2019).
La migración interna se refiere al cambio de residencia entre ciudades, provincias, municipios, barrios o territorios políticamente dividido a lo interno de un país, por lo cual existen inmigrantes y emigrantes internos con respecto a una lugar determinado independientemente de su nacionalidad o país de origen, es decir, que los flujos migratorios internos no consideran la variable nacionalidad para categorizar entre inmigrantes y emigrantes, sino que dicha categoría viene dada en función del cambio de residencia dentro del mismo territorio. De igual forma, la migración interna, a diferencia de la migración internacional, tiene varios niveles de estudio. Es decir, se puede analizar desde un enfoque regional, provincial, municipal, entre otros. En el caso particular de este artículo, el enfoque de la migración interna del Gran Santo Domingo es a nivel provincial.
En la actualidad diversas instituciones en el mundo realizan esfuerzos para captar los flujos de migración interna. No obstante, este tipo de medición no es tan sencilla debido a las limitaciones de los instrumentos utilizados, los cuales deben evidenciar al menos un cambio de residencia o permanencia en el lugar hacia donde se han desplazado los migrantes. En República Dominicana el Censo Nacional de Población y Vivienda recoge preguntas relacionadas con el lugar de nacimiento y de residencia de los últimos cinco años, que permiten elaborar matrices para analizar los flujos internos de migración, sin embargo, la periodicidad de los censos limita mucho dicho análisis.
En 2010 la República Dominicana presentó un flujo importante de migración interna hacia el Gran Santo Domingo (Santo Domingo y Distrito Nacional). Se reportan 178,970 migrantes, de los cuales 153,597 son inmigrantes y 25,373 emigrantes, lo que constituye una migración neta de 128,224 migrantes. Considerando que la población del Gran Santo Domingo en ese año era de 3,051,164 habitantes y la tasa neta de migración de 8.59, se estima que por cada 1,000 residentes en el Gran Santo Domingo se ganó aproximadamente 9 habitantes por efecto de la migración interna.
En 2002 la migración bruta llegó a ser de 200,734 migrantes (133,118 inmigrantes y 67,616 emigrantes). Como resultado se obtuvo una migración neta de 65,502 migrantes, con una población de 2,262,494 en ese año y una tasa neta de migración de 5.88.
Si se comparan los indicadores de migración interna de 2002 y 2010 se observa claramente que el volumen del flujo migratorio en el primer año es mayor al del segundo. Sin embargo, el número de habitantes ganados por efecto de la migración interna es mayor en 2010 debido a que el flujo de personas emigrantes es muy inferior con respecto al año 2002 (ver cuadro 1).
La migración interna en el Gran Santo Domingo es muy dinámica. Si se analizan los flujos migratorios por grupos de edades, se observa una disparidad entre la población emigrante y la población inmigrante, por ejemplo, el 45 % de los inmigrantes son personas con edades comprendidas entre 15 y 29 años, mientras que en ese mismo grupo solo se encuentra el 38 % de los emigrantes. La población nativa está estructurada en un 31 % con edades entre 15 y 29 años, lo que permite inferir que ese grupo etario gana población por efecto de la migración interna. Sin embargo, a pesar de que la estructura porcentual de emigrantes en el grupo de 30 a 59 años es mayor a la de los inmigrantes, en términos absoluto se sigue ganando población por efecto de la migración interna en ese y en todos los grupos de edades (ver cuadro 2).
Total | 133,118 | 100% | 67,616 | 100% | 2,129,376 | 100% |
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos MIALC 2.0.
En 2010 la estructura por edad tanto de la población inmigrante como de la emigrante era muy similar a la presentada en 2002, y de igual manera se ganó población en todos los grupos de edades por efecto de la migración interna. La única diferencia entre 2002 y 2010 es que en este último se ganó un mayor volumen de población. En 2002 se ganó cerca de 65,000 habitantes por efecto de la migración interna en el Gran Santo Domingo, mientras que en 2010 se ganó alrededor de 128,000, casi el doble que en 2002 (ver cuadro 3).
En 2002 se asentaron en el Gran Santo Domingo aproximadamente 71,000 inmigrantes proveniente de 9 provincias (San Juan, Barahona, Monte Plata, San Cristóbal, Santiago, La Vega, Azua, Duarte y Sánchez Ramírez). Dicho volumen representa el 53.9 % del total de inmigrantes asentados en esa ciudad en ese año. Por otro lado, se puede apreciar que los residentes de casi un tercio del total de provincias de la República Dominicana se sienten atraídos hacia el Gran Santo Domingo, principalmente los residentes de San Juan (17,000 inmigrantes que representan el 12 % del total inmigrantes en el Gran Santo Domingo). Cabe destacar que las provincias que presentan mayores flujos de población hacia esta urbe se encuentran ubicadas en su mayor parte en el Cibao central y al sur del país (ver mapa 1).
Mapa1
República Dominicana: flujos de inmigrantes por provincia, 2002
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos MIALC 2.0.
En 2010 el 54.57 % (83,812) de la población inmigrante en el Gran Santo Domingo procedía principalmente de 10 provincias del país (San Juan, Barahona, Monte Plata, San Cristóbal, Santiago, La Vega, Azua, Duarte y Sánchez Ramírez y Peravia). A diferencia de 2002 solo se suma la provincia Peravia. De igual forma se sigue destacando San Juan como la provincia de mayor expulsión hacia Santo Domingo con unos 15,745 inmigrantes, lo que representa el 10.25 % del total de la población inmigrante del Gran Santo Domingo (ver mapa 2).
Mapa 2
República Dominicana: flujos de inmigrantes por provincia, 2010
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos MIALC 2.0.
En cuanto a los flujos de emigrantes del Gran Santo Domingo, en 2002 se puede apreciar una concentración de 30,879 emigrantes, lo que representa el 45.67 % del total de emigrantes del Gran Santo Domingo distribuidos en 10 provincias (San Cristóbal, Santiago, La Vega, La Altagracia, Monte Plata, San Pedro de Macorís, La Romana, San Juan, Duarte y Puerto Plata). Las provincias que más se destacan por el volumen de emigrantes que reciben desde el Gran Santo Domingo son San Cristóbal y Santiago, con unos 11,912 emigrantes entre ambas, lo que representa el 17.62 % del total de la población emigrante del Gran Santo Domingo. La mayor parte de residentes expulsados de esta provincia se aloja en las provincias cercanas o zonas turísticas del este del país (ver mapa 3).
Mapa 3
República Dominicana: flujos de emigrantes por provincia, 2002
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos MIALC 2.0.
En 2010 el 38.02 % (10,343) de la población emigrante del Gran Santo Domingo estaba concentrada en 5 provincias (La Altagracia, Monte Plata, San Cristóbal, Santiago y la Romana). De estas, Monte Plata y La Altagracia constituían de forma colectiva el 20.69 % del total de la población de emigrantes. A diferencia de 2002, donde se registra una alta concentración de los emigrantes del Gran Santo Domingo hacia las zonas turísticas, principalmente a la parte este del país, en 2010 dicha tendencia descendió y se concentró más en una sola provincia del este del país, La Altagracia (ver mapa 4).
Mapa 4
República Dominicana: flujos de emigrantes por provincia, 2010
Fuente: Elaboración propia a partir de la base de datos MIALC 2.0.
En términos de edad es evidente que el Gran Santo Domingo tanto en 2002 como en 2010 ganó población por fruto de la migración interna, sin embargo, el grupo etario más impactado ha sido el comprendido entre los 15 y 29 años. Esto indica que más del 40 % de los migrantes internos son jóvenes en edad sexual reproductiva, lo cual tiene un doble impacto; por un lado, configura no solo la estructura por sexo y edad de esta provincia, sino que impacta de manera positiva su tasa de fecundidad, mientras que en las provincias expulsoras esto tiene un efecto contrario.
Por otro lado, cabe destacar los flujos de migración interna de la provincia San Juan, la cual se ubica en el primer lugar en términos relativos tanto como una provincia de atracción como de expulsión con respecto al Gran Santo Domingo. En tal sentido, sería interesante observar los flujos de migración interna de San Juan con respecto a las demás provincias del país para comprender a profundidad su dinámica migratoria, así como otros factores que ayuden a entender la relación de esta provincia con el Gran Santo Domingo.
En definitiva, la migración interna del Gran Santo Domingo es quizás la más importante de todas las provincias debido a los grandes flujos de migración interna captados a través de los censos de población y vivienda de los años 2002 y 2010, además de la gran población que se concentra hoy día en dicha provincia. Por consecuencia, es evidente que existen provincias que necesitan desarrollarse para mitigar la fuga de población residente, principalmente joven, de manera que el Gran Santo Domingo no se siga sobrepoblando por efecto de la migración interna.
Anderson Santana
Investigador
Departamento de Investigación y Estudios Migratorios