Jueves, 21 Diciembre 2017 20:57
Con mucho entusiasmo, visión de futuro y agradecimiento a todos los colaboradores terminamos el año 2017 en la Escuela Nacional de Migración. En los seis primeros meses de apertura hemos recibido cerca de un millar de personas en nuestras instalaciones, cuando a principios de año no éramos más que planos, cemento y esfuerzo. Podemos calificar el 2017 como un año de “logros”, que hemos construido con mucho diálogo, ahínco y motivación. Logramos, entre otras cosas, aproximarnos más a lo esperado el año entrante (y los que siguen): una escuela de calidad que sea referente a nivel nacional sobre temas migratorios.
Desde el Instituto Nacional de Migración de la República Dominicana y la Escuela Nacional de Migración sabemos que los logros del 2017 son importantes porque sientan las bases de los años venideros. Por esta razón, es fundamental hacer un trabajo de “carpintería” que responda a una solidez no solo organizativa, sino también metodológica, estructural y normativa. Y en eso nos hemos concentrado durante el segundo semestre de 2017: configurar cuáles serán nuestros procesos internos para las capacitaciones (planificación, diseño, ejecución y evaluación), comenzar las formaciones in situ, formalizar nuestra metodología y emprender una Aula Virtual, entre otras acciones.
Reconociendo los resultados alcanzados este año, también nos hemos tomado una pausa para dialogar y reflexionar sobre los grandes desafíos que debemos enfrentar en 2018. No es una tarea fácil poner en marcha una entidad educativa que tiene como mandato “la formación y capacitación de los/as inspectores/as, oficiales de control migratorio y demás personal de la Dirección General de Migración”. Por eso podemos considerar como un gran reto para el próximo año formar la mayor cantidad de personas vinculadas con la temática migratoria en el país. Esto solo lo podremos conseguir con la definición de una oferta académica de calidad que responda a las necesidades formativas actuales, para lograr una buena gobernanza migratoria basada en una perspectiva de derechos humanos y género.
Es un gran desafío, pero sabemos que estamos construyendo las bases para que la Escuela pueda trabajar de forma dinámica, abierta a los cambios, innovaciones y tendencias para colocar, definitivamente, el tema migratorio como fenómeno global en el lugar que merece.