La Encuesta Sectorial Agrícola (ENAGROT) recopiló información acerca de la población de trabajadores ocupados en 711 fincas ubicadas en las provincias Barahona, Duarte, Espaillat, La Vega, San Juan de la Maguana y Valverde. Estas representan una parte significativa de la producción agrícola dominicana.
En total la fuerza de trabajo ocupada en estas fincas está constituida por 2,578 personas. La población se divide principalmente en dos grandes grupos según su país de nacimiento. El 60.4 % de los trabajadores declararon haber nacido en Haití, mientras que el 39.6 % restante nació en la República Dominicana.
Por otro lado, al analizar la participación por sexo, se destaca que el 98 % de los trabajadores son hombres. Otros estudios, como la Encuesta Nacional de Inmigrante (ENI) de 2017 y la Encuesta Nacional de Fuerza de Trabajo de 2020, registraron una participación masculina en el sector agrícola de 92 % y 91.4 %, respectivamente. Estos datos indican que el sector agrícola dominicano demanda predominantemente mano de obra masculina.
La baja participación de las mujeres en las actividades agrícolas puede atribuirse a que otras ramas de la economía dominicana requieren en mayor medida mano de obra femenina, especialmente en sectores relacionados con el cuidado, el servicio y el comercio. Por ejemplo, según la ENI 2017, el 86.1 % de las personas ocupadas en el servicio doméstico y el 50.7 % en el comercio son mujeres.
Otro aspecto destacable es que las labores agrícolas suelen necesitar una fuerza de trabajo joven, con capacidad física y actitudinal para afrontar una rutina de trabajo ardua e intensa. La ENAGROT reveló que la edad promedio de los trabajadores en las fincas seleccionadas es de 35 años.
Al desglosar el análisis por grupos etarios, se observa que los trabajadores de 15 a 25 años representan el 21.5 % de la población estudiada. Sin embargo, el mayor porcentaje se encuentra en los rangos de edad de 26 a 35 años (36 %) y de 36 a 45 (24.2 %), correspondientes a la etapa de adulto-joven.
A partir de los 46 años el número de trabajadores ocupados en las fincas seleccionadas disminuye significativamente. Este patrón se repite de manera recurrente en todas las fincas, sin importar su tamaño ni el rubro cultivado.
Por otro lado, tener pareja e hijos afecta de manera diferente a hombres y mujeres en términos de su participación en el mercado laboral y el mejoramiento de sus condiciones de trabajo, según diversos estudios. Las mujeres suelen limitar su participación laboral para priorizar las responsabilidades del hogar y la crianza de los hijos y en algunos casos también sus cónyuges les prohíben trabajar. Por otro lado, tener pareja e hijos no constituye un factor limitativo para los hombres en cuanto al acceso al mercado laboral ni al mejoramiento de sus condiciones laborales.
En el marco de la Encuesta Sectorial Agrícola (ENAGROT), se investigó a la población objeto de estudio sobre su situación en relación con la tenencia de pareja e hijos, así como la ocupación de sus cónyuges. Es importante destacar que en las 711 fincas seleccionadas para este estudio un alto porcentaje (98 %) de la fuerza de trabajo está compuesto por hombres, lo cual podría indicar que, para esta población, tener pareja e hijos no constituye un factor limitante en el desarrollo de sus actividades laborales en las fincas.
Al analizar los datos recopilados en la ENAGROT, se observa que el 50.7 % de los trabajadores ocupados en las labores productivas de las fincas estudiadas declararon tener pareja. Además, el 55.5 % de la población estudiada indicó tener hijos.
Se puede observar que la proporción de trabajadores con pareja y los que indicaron tener hijos es similar en las fincas de arroz y plátano. En las unidades productivas de arroz, el 55.6 % de los trabajadores indicó tener pareja, mientras que el 64.0 % declaró tener hijos. En las fincas de plátano, el 51.9 % tiene pareja y el 54.1 % tiene hijos. Sin embargo, en las fincas de habichuela solo el 35.3 % de los trabajadores declaró tener pareja y el 38.3 % dijo tener hijos.
Cuando se les preguntó a los trabajadores que tenían pareja acerca de la ocupación de sus cónyuges, se observó que el 54.8 % de las parejas de estos trabajadores no estaban ocupadas. En el caso de las fincas de arroz, el porcentaje de parejas de trabajadores desocupadas alcanzó el 60.0 %, mientras que en las fincas de plátano y habichuela los porcentajes fueron de 52.7 % y 43 %, respectivamente.
En cuanto a las parejas de los trabajadores que están ocupadas, se encontró que se desempeñan en actividades productivas que demandan principalmente mano de obra femenina, como el servicio doméstico (12.9 %) y el comercio (12.8 %). Sin embargo, el porcentaje de parejas ocupadas en labores agrícolas es mínimo, con un 5.1 % que trabaja en la misma finca que su pareja y un 4.7 % en una unidad productiva agrícola diferente.
Juan Montero
Investigador del Departamento de Investigación y Estudios Migratorios