El papel de las poblaciones migrantes en situaciones de emergencia

24 octubre, 2018

El Día Internacional para la Reducción de Desastres quedó instituido en 1989 después del llamado de la Asamblea General de las Naciones Unidas para promover una cultura global de concienciación sobre su riesgo y reducción. Cada 13 de octubre se celebra que las personas y las comunidades de todo el mundo estén disminuyendo su exposición a los desastres y creando conciencia sobre el peligro que estos representan.

La edición de 2018 continúa formando parte de la campaña «Sendai Seven», centrada en los siete objetivos del Marco de Sendai[1], el cual para este año enfatiza la reducción de las pérdidas económicas causadas por desastres en relación con el PIB mundial para 2030. Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha declarado al respecto que los “Desastres cuestan cientos de billones de dólares, golpeando a los países más pobres desproporcionadamente, empujando a millones a la pobreza […] Debemos abordar los riesgos en los desastres para así dejar un planeta resiliente para las futuras generaciones”.

Dentro de este contexto de profundos cambios, hay que tomar en cuenta los impactos que las catástrofes naturales, los accidentes industriales, la violencia generalizada y las situaciones de emergencias tienen sobre la vida de los migrantes y las poblaciones transeúntes en las áreas afectadas. Durante estos eventos, las comunidades afectadas se enfrentan a múltiples limitaciones que van desde el acceso a la información oportuna para garantizar una correcta asistencia hasta el manejo de pocos recursos económicos y materiales que restringen su capacidad de adaptación y resiliencia. Esto ocurre como consecuencia de factores tales como el poco o nulo manejo de los lenguajes locales, la falta de conocimiento de los sistemas jurídicos, el impacto del estatus migratorio, la marginalización, la xenofobia y las redes de explotación, a lo que debemos sumar la percepción de las autoridades y sus órganos de seguridad sobre el papel de estas poblaciones en dichos escenarios.

Los cambios en la percepción de los elementos antes mencionados poseen un gran impacto en la forma en que los servicios de protección civil, manejo de riesgos y emergencias han comenzado a reconocer a los migrantes como recursos valiosos durante estas situaciones, cuyos set de habilidades y capacidades pueden servir no solo para reducir sus propias vulnerabilidades, sino también para contribuir de manera activa al apoyo de sus comunidades receptoras, en pro de un mejor manejo de las situaciones de crisis y emergencias. Debido a esto en los últimos años han surgido en la agenda global, de manera cada vez más consistente, esfuerzos que apuntan a incluir a los migrantes dentro de la conformación de políticas dirigidas a reducir los impactos de las situaciones de emergencia.

La necesidad de desarrollo de estos mecanismos de asistencia y medidas de protección para los migrantes confluyeron en los esfuerzos de los Gobiernos de Filipinas y Estados Unidos, los cuales lanzaron la Iniciativa MICIC[1] para abordar el impacto de las crisis, los conflictos y los desastres naturales sobre los migrantes. El objetivo primordial de la Iniciativa era mejorar la capacidad de los Estados y otras partes interesadas en prepararse para tales eventualidades, y así responder y proteger la vida, la dignidad y los derechos de los migrantes atrapados en países que experimentan conflictos y desastres naturales.

La Iniciativa concluyó con éxito en junio de 2016 con el lanzamiento de las Directrices para la protección de los migrantes en países afectados por conflictos o desastres naturales, derivadas del aporte de los Estados, la sociedad civil, las organizaciones internacionales y los actores del sector privado. Estas líneas de acción voluntarias y no vinculantes reflejan el resultado de la Iniciativa MICIC.

La falta de un pacto global tuvo como consecuencia que dicha Iniciativa se limitara a proponer simples pautas sin poseer ningún carácter vinculante, con solo algunas recomendaciones de libre adopción por las partes interesadas, las cuales sobrepasan el espectro de los Gobiernos nacionales para abrirse a un tipo de multilateralismo más amplio, que en definitiva pueda dar respuestas a las crecientes necesidades de cada uno de nosotros para lograr una transformación duradera.

Por Jonathan Palatz Cedeño

Encargado de Relaciones Internacionales

Bibliografía:

ONU, Asamblea General (1989). Resolución A/RES/44/236, en: https://undocs.org/es/A/RES/44/236

OIM (2016). Migrants in Countries in Crisis Initiative MICIC Initiative, en: https://micicinitiative.iom.int/

UNISDR (2015). Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030, en: https://www.unisdr.org/files/43291_spanishsendaiframeworkfordisasterri.pdf

CRED, UNISDR (2018). Annual Report 2017, en: https://www.unisdr.org/files/58158_unisdr2017annualreport.pdf

[1] El Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres (2015-2030) es un documento internacional adoptado por países miembros de la ONU entre el 14 y el 18 de marzo de 2015 durante la Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgo de Desastres celebrada en Sendai, Japón, y aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en junio de 2015.

[2] Migrants in Countries in Crisis Initiative.