Evento realizado por el Instituto Nacional de Migración (INM RD), con el apoyo del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) y la Universidad Iberoamericana (Unibe), y la participación del Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA)
Santo Domingo, República Dominicana. Con el objetivo de propiciar un espacio de discusión enfocado en la migración y el vínculo de las remesas con el desarrollo de los países, el Instituto Nacional de Migración (INM RD) realizó los días 27, 28 y 29 de octubre el “Seminario Internacional: Migración, Remesas y Desarrollo”.
En la primera jornada, el Dr. Wilfredo Lozano, director ejecutivo del INM RD, dio la bienvenida y agradeció la acogida de este importante evento y enfatizó en la importancia que da el gobierno del excelentísimo presidente Luis Abinader al fenómeno migratorio, las remesas y las nuevas modalidades de desarrollo que hoy abren puertas en la escena global. Según Lozano, “su interés ha dado un nuevo brío a los esfuerzos por articular un marco de políticas públicas donde la movilidad global de personas ocupa un lugar principal”.
La conferencia magistral estuvo a cargo del economista y experto en remesas Dilip Ratha, quien presentó los aportes de la población dominicana que vive en el extranjero al Producto Interno Bruto, además de los desafíos de las migraciones a nivel internacional.
En la segunda jornada, Jeremy Harris, especialista de la Unidad de Migración del BID, señaló que “La migración es un desafío transversal para el desarrollo”. En ese sentido, el BID trabaja junto con el Gobierno dominicano cuatro temas esenciales: “los estudios para analizar los efectos del Plan Nacional de Regularización de Extranjeros, mediante encuestas especiales, el apoyo a la tercera Encuesta Nacional de Inmigrantes de 2022, el diseño de la estrategia para trabajar las remesas y lograr estrategias de inversión, ideas innovadoras y caminos para maximizar el beneficio de la diáspora y fortalecer las instituciones púbicas que trabajan el tema migratorio”.
En ese orden, Sonia Plaza, economista senior de la Práctica Global de Finanzas, Competitividad e Innovación del Banco Mundial, se refirió a las remesas y la migración y la importancia de las remesas para el desarrollo. En el caso de República Dominicana plantea que hay 2.1 millones de dominicanos en Estados Unidos (el 46 % nació en Estados Unidos, es decir, se trata de la segunda generación de emigrantes) y el ingreso promedio anual de esos 2.1 millones de migrantes dominicanos en EE. UU. es de US$21,757. “Para República Dominicana las remesas son más importantes que los flujos de inversión extranjera. De todas las regiones del mundo, Latinoamérica fue la que mejor pudo manejar la situación de las remesas”. Además, indicó que, hubo un incremento en los flujos de remesas en República Dominicana luego de la crisis por la pandemia. Los migrantes latinos en general, y los dominicanos en particular, continúan apoyando a sus familias a pesar de las dificultades con el empleo y que muchos fueron impactados por el Covid-19.
Por su parte, René Maldonado, coordinador del Programa de Remesas e Inclusión Financiera del Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), planteó que en los meses de marzo y abril de 2020, en los momentos más críticos de la pandemia por Covid-19, se produjo una caída de las remesas debido a cuatro factores: cierre de las empresas a través de las cuales se envían las remesas, cierre de los lugares de trabajo, suspensión del transporte público y las medidas de distanciamiento social. No obstante, sorprende que, a partir de mayo de 2020, hubo una rápida recuperación de las remesas con valores mayores que los vistos antes de la crisis debido a la resiliencia de los migrantes para recurrrir a trabajos temporales, el uso de sus ahorros y la rápida recuperación de empleos, así como las ayudas gubernamentales recibidas en los países de acogida.
Fermín Vivanco, líder en el Laboratorio del BID (BID-Lab), enfatizó que las decisiones de las familias transnacionales complejizan adicionalmente la inclusión financiera. “Por un lado, muchas de estas familias viven de las Mipymes, es decir, se dedican a trabajar por cuenta propia en los países de destino, pero también sus familias en los países de origen tienen una dependencia económica de actividades de emprendimiento, a veces de subsistencia. La otra vía es la vulnerabilidad, porque las familias transnacionales necesitan tener un colchón económico que les permita manejar esos altibajos, como es el caso de las pérdidas de empleo o de ingresos, para no estar vulnerables”.
En el resumen de las sesiones de la segunda jornada del Seminario, Luis Madera Sued, director General de Desarrollo Económico y Social del Ministerio de Planificación, Economía y Desarrollo (MEPyD), se refirió al crecimiento exponencial de las remesas en el país, que tiene que ver con el alto nivel de inclusión laboral que tienen los dominicanos respecto a otras diásporas en los países de destino, como es el caso de los Estados Unidos, según también expresaron los conferencistas que lo precedieron. Subrayó la falta de políticas públicas y económicas para encauzar esas remesas por el camino del desarrollo. “El Plan Plurianual del Sector Público para los próximos cuatro años plantea cuatro hipótesis importantes de políticas respecto a la migración: Lograr aumentar la satisfacción de los servicios consulares en el exterior (mejorar su calidad); mejorar la incorporación de la diáspora en actividades económicas, sociales y del sector productivo a nivel nacional (hay que generar políticas transversales en ese sentido); aumentar la bancarización de las remesas, y aumentar la movilidad profesional y circulación de aquellas personas que se van a estudiar a otros países y muchas veces se quedan porque no hay oportunidades para utilizar sus conocimientos de manera más productiva a su regreso a República Dominicana”.
En el tercer y último día, Randolph Gilbert, funcionario de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) en la Sede Subregional en México, donde se desempeña como coordinador y punto focal para Haití, expresó que las remesas y la migración son indisociables. El experto se centró en analizar el caso Haití. Los flujos de haitianos hacia Estados Unidos han ido disminuyendo y los flujos de remesas en 2019 fueron de cerca de 3,500 millones de dólares. Coincide con los panelistas anteriores en reiterar que el aumento de las remesas pospandemia se debe a la resiliencia de los migrantes para adaptarse a nuevos empleos, el uso de sus ahorros, la rápida recuperación de empleos paralizados durante la crisis y las ayudas gubernamentales recibidas en los países de acogida.
Al presentar el caso Jamaica, Sonia Plaza, experta del Banco Mundial, aclaró, en primer lugar, que ni la migración ni las remesas ni las contribuciones de la diáspora reemplazan lo que tenemos que hacer por el desarrollo en nuestros países. En Jamaica las remesas siempre han sido el mayor componente de cualquier flujo extranjero que ha entrado al país, mayor que la inversión extranjera y más alto que la ayuda oficial. Asimismo, las remesas fueron impactadas levemente y se recuperaron inmediatamente durante la crisis; en 2020 crecieron en 25 %. Sin embargo, los altos costos de transacción están afectando en alguna medida el envío de remesas en Jamaica, así como el cierre de los bancos corresponsales para las empresas de remesas.
Por otro lado, Alejandro de la Fuente, economista senior de la Práctica Global de Pobreza y Equidad del Banco Mundial, expuso el caso República Dominicana. “La mayor parte de las remesas llegan a hogares no pobres, aunque tienen gran impacto sobre aquellos hogares pobres y vulnerables que las reciben”. Planteó, que las remesas sí lograr reducir la incidencia y brecha de la pobreza, debido a que 16 % de los hogares que reciben remesas en República Dominicana logran salir de la pobreza. El 12 % de los hogares vulnerables a partir de 2020 lograron salir de esa situación de vulnerabilidad debido a las remesas recibidas.
Letty Gutiérrez, especialista económica del Banco Central, presentó dos encuestas que abordan las remesas en República Dominicana y sus principales características e impacto económico. Parte de un análisis sobre la diáspora dominicana, la cual se concentra mayormente en los Estados Unidos, en su mayoría posee estatus migratorio legal, aspira a tener residencia en República Dominicana, visita con regularidad el país, especialmente en Navidad, y mantiene fuertes vínculos familiares y culturales. “El 91% de los dominicanos en Estados Unidos tiene acceso bancario por tarjeta de crédito y más del 80 % por tarjetas de débito. El 41 % tiene productos financieros en República Dominicana”.
Miguel Ceara Hatton, ministro del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, realizó la clausura del “Seminario Internacional: Migración, Remesas y Desarrollo” y mostró su agradecimiento al Instituto Nacional de Migración por la invitación a este importante evento. “Como sociedad hemos sido incapaces de garantizar una vida digna a nuestros ciudadanos y ha venido asociado al estilo de desarrollo de la República Dominicana desde hace varios años. Ese es el desafío que tenemos nosotros, cómo modificamos esta realidad: hay que generar empleos productivos, de calidad y proveer servicios. El primero debe ser mediante el sector privado, fundamentalmente, y el Estado debe proveer salud, educación, agua potable, garantizar cuidados, protección del medioambiente, justicia y bienestar. En eso hemos fracasado y debemos cambiarlo ahora. Que la gente tenga la libertad de irse, pero que no sea porque este país ha sido incapaz de darle la posibilidad de una vida digna”.
Por Jessica Mordechay
Encargada de Comunicación