Los lazos entre las personas y sus comunidades de origen no necesariamente se rompen cuando migran. Gracias a la globalización, los avances tecnológicos y el auge de las redes sociales, los migrantes han encontrado formas de llevar consigo un poco de sus países de origen a las comunidades que los acogen. Al mismo tiempo, transfieren conocimientos, recursos e información desde las comunidades de destino hacia las de origen, lo que genera un intercambio cultural y socioeconómico muy enriquecedor para ambas partes.
Este proceso en el que las relaciones trascienden las fronteras nacionales, sustentado en las redes e intercambios que vinculan de manera cotidiana y permanente las comunidades de origen y destino, describe la creación de comunidades transnacionales. En otras palabras, actualmente, con la migración surge un conjunto de intercambios de recursos, personas, culturas, políticas e información que implica la reproducción de las sociedades de origen en los distintos asentamientos de las localidades de acogida (Canales & Zlolniski, 2001).
Según Georges (1990), la relación entre migrantes y comunidades ha sido tradicionalmente analizada desde la perspectiva de los países receptores, con un enfoque en la integración de los inmigrantes en las comunidades que los acogen. Esto incluye su contribución a la economía, su incorporación en sectores como el mercado laboral, su aporte a la diversidad cultural y la creación de enclaves que promueven la movilidad económica y social dentro de sus grupos. Sin embargo, Georges subraya que es igualmente importante estudiar el impacto en las comunidades de origen, ya que estas también son afectadas significativamente por las dinámicas de las relaciones transnacionales.
En este sentido, es válido preguntarse cuáles son algunas de las comunidades transnacionales más importantes para la República Dominicana. De dónde salen y dónde se establecen los dominicanos al salir del país y qué implicaciones tiene esto para las comunidades emisoras. Para dar respuesta a esta pregunta lo primero que se debe tener en cuenta es que Estados Unidos es el principal receptor de migrantes dominicanos, 74.7 % de los migrantes se establece en ese país (UNDESA, 2020), por lo que se esperaría que las principales comunidades receptoras también se encuentren allí.
En segundo lugar y en base a esto, se realiza una breve revisión de las publicaciones De Baní a Boston. Construyendo comunidades a través de las fronteras y La formación de una comunidad transnacional. Migración, desarrollo y cambio cultural en la República Dominicana ambas, parte de la colección Clásicos de la Migración Dominicana.
A partir de esto se identifican las siguientes comunidades:
- Miraflores[1] en la provincia Peravia donde Levitt (2001) realizó un estudio etnográfico y sociológico en el que expone las principales consecuencias de la migración de sus habitantes, principalmente hacia Jamaica Plain, Boston, para su comunidad y, especialmente, para aquellos «dejados atrás».
[1] Comunidad ficticia creada por la autora referenciada a una localidad cercana a Baní
En su estudio, se destaca el contraste entre las familias de Miraflores, donde, a principios de la década de 2000, dos tercios tenían parientes residiendo en el área metropolitana de Boston. En la primera parte del libro, se analiza cómo la migración transnacional impacta las comunidades de origen de los migrantes. Esto incluye el surgimiento de servicios, como agencias de viajes que conectan ambas comunidades, y el acceso a bienes como televisores, reproductores de video y servicios de líneas telefónicas de larga distancia. También, se señala cómo esta dinámica permitió a muchos comenzar a construir la casa de sus sueños en una época en la que servicios básicos como agua corriente no estaban disponibles y la mayoría de los mirafloreños vivían en pequeñas casas de madera sin acceso a estos bienes y servicios.
Se expone que debido al lazo tan fuerte y frecuente que se mantiene pareciera que la vida se lleva a cabo en los dos lugares. Las modas, forma de vestir, la comida, expresiones coloquiales, los accesorios para el hogar y la manera de decorar las casas son testigos de estas conexiones. Muchos residentes de Miraflores conocían más sobre Boston, gracias a los relatos de sus familiares, que, sobre Santo Domingo, una ciudad que nunca habían visitado ni conocían a alguien.
- Los Pinos, una comunidad situada en el sector La Sierra, provincia de Santiago, fue el escenario del estudio etnográfico realizado por Georges (1990) durante 16 meses. Su investigación comparó la dinámica migratoria de esta comunidad, caracterizada por una alta proporción de familias migrantes, radicadas principalmente en Nueva York, con la de El Guano, que por el contrario era una comunidad caracterizada por su baja tasa de migración. Esto con la intención de identificar cuáles cambios se dan debido a la migración transnacional y cuáles no.
Con la migración internacional la estructura social pinera, tradicionalmente agrícola, fue dando cada vez mayor relevancia a una élite mercantil que en cierto sentido se había beneficiado del sistema de migraciones proporcionando préstamos a bajo riesgo y alto interés a posibles migrantes. Al mismo tiempo, la comunidad experimentó un aumento en los niveles de consumo impulsado por las remesas enviadas a las familias de migrantes. Pero quizás uno de los efectos más relevante para la economía de Los Pinos, hallados en el estudio, sea el auge del transporte promovido por la inversión de los migrantes en este sector lo que conllevó a una alteración de los patrones de venta, limitando la dependencia a los comerciantes locales, socavando su capacidad de fijar precios mucho más altos que los de Santiago.
Con todo esto, es posible evidenciar que la naturaleza cambiante de la migración ha transformado profundamente su dinámica a lo largo del tiempo. Hasta mediados del siglo XX, la migración se concebía como un fenómeno más permanente o definitivo, donde los migrantes tendían a asentarse y asimilarse completamente en el país de destino, dejando atrás los vínculos con sus países de origen (Canales & Zlolniski, 2001).Sin embargo, la globalización ha facilitado el flujo de personas, recursos e información, dando lugar a una migración cada vez más temporal y cíclica. Además, los avances tecnológicos sugieren que las relaciones entre comunidades receptoras y emisoras seguirán evolucionando, adaptándose a las nuevas realidades del contexto global.
El estudio de la dinámica de las comunidades transnacionales permite al mismo tiempo poder entender la complejidad del fenómeno migratorio a la luz de la globalización. La migración tiene un impacto importante tanto en las comunidades de origen como destino, al estar enlazadas de manera continua más allá de las fronteras a través de sus habitantes, por lo que ver sus causas y consecuencias debe incluir la perspectiva de ambos de manera conjunta.
Referencias
Canales, A., & Zlolniski, C. (2001). Comunidades transnacionales y migración en la era de la globalización . En C. CELADE, Notas de Población. Año XXVIII, Nª73 (págs. 221-252). Santiago: Naciones Unidas.
Georges, E. (1990). La formación de una comunidad transnacional. Migración, desarrollo y cambio cultural en la República Dominicana. Nueva York: Columbia University Press.
Levitt, P. (2001). De Baní a Boston. Construyendo comunidades a través de fronteras. California: University of California.
United Nations, Department of Economic and Social Affairs, Population Division (2020). International Migrant Stock 2020. (United Nations database, POP/DB/MIG/Stock/Rev.2020). CITACION UNDESA
Laura Marie Méndez Isabel
Analista de investigación
Departamento de Investigación y Estudios Migratorios